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por Arturo Solís

Hoy en día, viviendo con la presencia de un enemigo invisible que ha causado tanto daño a la humanidad, nos preguntamos: ¿Que pasará? Algunos comentan positivamente; pronto van a crear una vacuna, pronto va a terminar el confinamiento y vamos a ser mejores personas, vamos a disfrutar la vida mayormente, vamos a viajar, no reuniremos más con la familia y amigos, saldremos a comer o cenar frecuentemente y sobretodo el comentario mas positivo: la economía se va a reactivar inmediatamente. Por otro lado no podemos dejar de mencionar los comentarios negativos y teorías de todo tipo; es el fin del mundo, es un virus creado y que se les salió de control, es un virus con toda la intención de terminar con la gente adulta para disminuir la carga social de los países y la economía será la mayormente afectada.

Nadie sabe el comportamiento del virus, ni las mismas autoridades de salud mundial, que a diario suman síntomas. Manejan un cálculo matemático para el control de su propagación y no han tenido éxito. Siguen en aumento el contagio y defunciones, modificando plazos de terminación constantemente creando una incertidumbre. Lo único cierto por ahora es el regreso de cada uno a sus actividades de trabajo diarias, pese a aún no contar con las mejores condiciones para hacerlo. Aún existe la amenaza de fuerte contagio y sus consecuencias en el país.

Posiblemente mucho se debe a la presión ejercida por los patrones y trabajadores, que ya no aguantaron más, unos por generar y los otros por que la necesidad económica ya era muy grave. Por lo visto no han comprendido la magnitud del problema y lo que aún se encuentra fuera de control. Esperemos no sea una decisión precipitada. Pesando mas en la necesidad económica que la salud de las personas. Todo parece indicar que este virus nos cobrará factura a todos. Hasta su control o desaparición. Directa o indirectamente.

Ahora bien, ya con la decisión dada de la reactivación en forma gradual, dependiendo el tipo de giro, debemos pensar en forma positiva y  esperar que las empresas tomen todas las medidas necesarias para evitar el contagio. Acepten las recomendaciones de consideración especial al personal con alguna enfermedad respiratorio o que se pueda agraviar, distribuyan equipo de seguridad individual, coloquen gel anti bacterial en puntos estratégicos, capaciten y supervisen a su personal en el buen cuidado de la higiene y dar un constante seguimiento de supervisión. De no aplicar correctamente lo anterior se estaría en peligro de provocar una segunda oleada de contagios, teniendo que volver nuevamente a un confinamiento. Sobra decir que esto sería de catastróficas consecuencias en la economía y salud, del ya muy afectado pueblo mexicano. Comencemos la recuperación, pero con cuidado, es nuestra responsabilidad.