por Arturo Solís
No es lo mismo llegar de visita a una casa, que tener que convivir con la familia diariamente. De la misma manera, cuando se comparte diariamente un entorno laboral con un colaborador tóxico, puede volverse desgastante. ¿Pero cómo detectar este tipo de personas? Generalmente es una persona que marca diferencias negativas de disciplina, al llegar o al salir, compromisos de cumplimiento, honestidad al hablar, regularmente miente y acomoda sus justificaciones a su conveniencia, no se tienen buenas opiniones ni de clientes ni de proveedores. Distintas perspectivas comparten una visión similar de él o ella.
Nadie desea trabajar con un empleado así. No es motivante para el equipo de trabajo, lo ven como improductivo, les resulta frustrante y les molesta su actitud. En muchos de los casos los empleados lo ven solo como un inconveniente, y con tal de cuidar su trabajo, sobrellevan esa relación. ¿Es conveniente sostener una relación así? ¿Qué tal si los resultados son muy positivos a pesar de su actitud? ¿Afectaría esto a la respuesta? En el corto, mediano o largo plazo, la gran mayoría de esas relaciones terminan por explotar.
Es muy importante no pasar por alto este tipo de comportamientos, independientemente que el empleado cuente con algunas cualidades, es necesario lidiar con los hechos directamente. Por lo regular los jefes o superiores evitan este enfrentamiento, mucho más cuando hay resultados, esperando que esto tarde o temprano desaparezca por si solo. La intervención debe ser lo mas pronto posible, cuando sea detectada esta conducta. Si esto no se toma en cuenta, puede ser que crezca paulatinamente y que el empleado conflictivo no tenga idea alguna de que su presencia o comportamiento esta representando molestia alguna con todo el equipo de trabajo, por muy reducido que este sea. De presentarse esto en tu empresa es necesario que te involucres personalmente, te informes bien y te reúnas con la persona en conflicto. Sin apasionamientos y con mucha tranquilidad o calma inicia cuestionándole si es que esta enterado de algo en la empresa, con la idea de saber si esta consiente de sus actos. Al no obtener la respuesta deseada, es necesario describirle lo que ya es de tu conocimiento mencionándole su comportamiento o conducta conocida. Siempre es conveniente darle la oportunidad de responder, pero cuidando que no sea para no reconocer que es así.
Lo más importante en esta acción es que el empleado reconozca su mal comportamiento. De lo anterior hacer un compromiso, por escrito, con el empleado, ante los representantes del área de RH y que este departamento participe en su retroalimentación periódica. Siempre buscando y encontrando un cambio positivo, queremos pulirlo, no necesariamente descartarlo. En caso de no ver avance alguno, entonces si, lo que seguiría sería pensar en cambio o reemplazo del sujeto en cuestión. Afortunadamente, si se confronta, es posible que estas personas reconozcan sus acciones, y por el interés de conservar su trabajo, buscarán modificar su comportamiento. Con mayor razón en estos tiempos de problemas económicos en el país, en donde el conservar su trabajo es primordial y donde no podemos darnos el lujo de tener equipos desalineados por actitudes personales. Es importante realizar este tipo de actuaciones oportunamente. El ignorar a un empleado con ese tipo de actitud es la peor decisión, comprobado.
¿Cómo atacar un problema de esta índole?
- Entabla personalmente una conversación con cada uno de los colaboradores del equipo de trabajo.
- Identifica al empleado conflictivo o de muy mala relación.
- De ser de gran utilidad para el funcionamiento de la empresa, no lo dejes para después, interviene.
- Invítalo y acuerda un cambio de comportamiento con él.
- Si no hay avance toma decisiones mas drásticas.
Durante mi trayectoria laboral me he encontrado varios casos similares a este. Al analizar el caso, me entero de que es de todos conocido el mal comportamiento y la mala relación de uno o en algunos casos de varios empleados con la persona en cuestión. No se necesita mucha profundidad en el tema, solo acudiendo al centro de trabajo y entablando una conversación con los empleados por separado, nos damos cuenta de lo que esta pasando dentro del equipo. Es importante tomar una muestra representativa de opiniones al respecto, eso diferencia un chisme de una tendencia. Se tomaron inmediatamente cartas en el asunto, ubicándolo y haciéndole saber sobre los comentarios recibidos e invitándolo a un cambio en su comportamiento. Se le advirtió sobre la gran oportunidad que se le estaba dando y que queríamos que la aprovechara. Pues de lo contrario se pueden tomar otro tipo de decisiones. Dejando en claro la importancia que le da la empresa al buen trabajo en equipo. ¡Queremos una mejor versión de ti, sabemos que puedes hacerlo! Hubo casos que si se aplicaron a un cambio y continuaron. Lamentablemente, hubo quienes se creyeron indispensables, siguieron con su mismo comportamiento y tuvimos que dejarlos ir. No es lo que se busca, pero por el bien del grupo y del objetivo, se debe de hacer.