leapoffaith

por Aleyda Arellano

Hablar de miedo es un sentimiento que últimamente tenemos más presente, miedo a salir, miedo a contagiarse, miedo a perder el trabajo, etc.

¿Qué es el miedo?

Según el diccionario es la sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario. Es esa incertidumbre de no saber qué va a pasar. Pero si hacemos memoria todas nuestras experiencias y vivencias fueron aprendidas por primera vez; la primera que nos subimos a una bicicleta, a una montaña rusa, el primer día de clases, la primera vez manejando, etc.

Recuerdo cuando mis niños eran pequeños, no le tenían miedo a nada, todo era nuevo y emocionante, fueron creciendo y tomando más conciencia y fue que comenzaron sus miedos, unos aprendidos otros influenciados y otros por experiencias. Aún recuerdo cómo les tenían miedo a los truenos cosa que ahora un poco más grandes entienden que es un hermoso fenómeno natural, a la oscuridad y ahora bajan solos a mitad de la noche por un snack, etc.

¿Y que hay de los miedos que tenemos ya como adultos? De esos que nos impiden avanzar y tomar nuevos retos.

Hace poco mi jefe nos pidió a mis compañeros y a mí, hacer un proyecto por nuestra cuenta, es decir, armar todo el proyecto desde la parte estratégica, operativa y exposición con el cliente. En todos los proyectos que había participado antes, no me había tocado manejar al 100% el proyecto, tenía la experiencia previa de la parte operativa y la parte estratégica en participar en conjunto con mi jefe, pero la parte de exposición, la participación había sido muy poca. A pesar de que en numerosas ocasiones había estado presente en la presentación de resultados y por decirlo así, me la sabia, el hacerlo sin el apoyo de mi jefe, realmente me angustiaba incluso tenía miedo de no hacerlo correctamente. Trabajamos arduamente mis compañeros y yo y se llegó el día de la presentación, ese día anhelaba que mi jefe me hablara para decirme que él iría o bien que el cliente cancelaba la presentación, pero no fue así, mientras tanto estuve preparándome, estudiando, ensayando y demás. Terminamos la presentación y tuvimos muy buenos comentarios, con áreas a mejorar, pero en términos generales nos fue muy bien. Posterior a la presentación, reflexione que me angustie demás incluso agradecí la oportunidad porque me llevo a salir de mi zona de confort, y darme cuenta que podemos manejar todo un proyecto. Adicional ese mes, leí mucho, aprendí y estuve preparándome. En esta ocasión el proyecto fue asignado, tal vez si me hubieran dado a elegir, no hubiera levantado la mano. 

“Esta vivencia me abrió el panorama a que puedo hacer más cosas, de las que actualmente domino y me dio el valor para proponer a mi jefe dar mi primer webinar.”

¿Cuántas veces dejamos pasar oportunidades por nuestros miedos y por la incertidumbre? ¿Cuántas veces preferimos seguir el dicho “más vale malo por conocido que bueno por conocer y no nos atrevemos? ¿Cuántas veces preferimos seguir batallando, estar a disgusto, soñando con algo mejor pero cuando se llega la oportunidad la dejamos pasar?

Lo que estamos viviendo, es algo sin precedentes, todo es incierto, no hay fecha para que esto termine, mientras la vida continua y tenemos que aprender a vivir como dicen “la nueva normalidad”, la vida continua y las oportunidades igual. Tal vez te tocó reajuste en tu trabajo, o tu empresa está en crisis, la invitación es a que te atrevas, atrévete a emprender ese negocio que vienes pensando desde hace varios años pero te da miedo el fracasar, atrévete a ver otras oportunidades de trabajo, o como empresario atrévete a hacer alianzas con otras empresas incluso a abrir nuevas líneas de negocio. Pero lo más importante, atrévete a salir de tu zona de confort, de lo que ya conoces y dominas, rétate a ti mismo, te vas a sorprender de lo que eres capaz.

La invitación de atreverte no es solo de tomar el momento de impulso y arrebato, hazlo con un análisis previo y sobre todo prepárate, capacítate e investiga. En el camino nos vamos a topar con personas que nos digan que no podemos, que estamos locos, que no estamos calificados, que lo mejor es que nos quedemos donde estamos, pero es su propio miedo hablando, no dejes que te contagien y no te quedes estático.

Probablemente te vas a tropezar o el intento no va a salir a la primera vez, pero levántate, aprende de ellos y vuelve a intentarlo. Recuerda que muchos emprendedores fracasaron antes de lograr el éxito y no se dejaron vencer por el miedo, por ejemplo Thomas Edison intento más de mil veces hasta que pudo construir la bombilla eléctrica y así hay muchos ejemplos.

“El pensamiento no va a superar el miedo, sino la voluntad de acción.”